domingo, 5 de julio de 2015

GÉNERO Y CICLO DEL PROYECTO

El enfoque de género es importante considerar porque las desigualdades de acceso al desarrollo de los recursos y las oportunidades obstaculizan la eficacia y sostenibilidad de la económica; las mujeres y los hombres tienen diferentes roles, derechos y responsabilidades. Más aun, cuando se trata de las mujeres rurales tienen menos acceso a los recursos naturales productivos y a oportunidades tales como educación y capacitación, tierra y autoridad para la toma de decisiones. El enfoque de género requiere un proceso de planificación que promueva el bienestar y empoderamiento, tanto de mujeres como de hombres. El género debe integrarse desde el inicio y hasta la finalización del ciclo del proyecto, ya que puede afectar fundamentalmente, todo el concepto y estructura proyecto. Se puede señalar que es una parte integral de todo el proceso de planificación e implementación, que continuación a través de la vida proyecto.

Desarrollo

Incorporar la perspectiva de género en una organización o proyecto, además de nuevos esquemas de pensamiento, va a requerir también del diseño de un plan estratégico adaptado a sus características y a sus necesidades. Lo que supone, inexorablemente, contar con recursos específicos –humanos, materiales y temporales- así como con asesoría especializada en políticas de igualdad y género (personas expertas/equipos internos, así como asesorías externas). Unos recursos que van a depender, en definitiva, del compromiso político de las organizaciones así como su disponibilidad operativa y funcional para el cambio (Kideitu; 2007, p. 27).

Si hablamos de las/os gerentes / planificadores del proyecto, el enfoque de género en el proyecto o ciclo del proyecto implica que ellos/as pueden identificar sistemáticamente las consecuencias de un proyecto propuesto para los diferentes grupos de mujeres y hombres, y abordar cualquier consecuencia negativa, a medida que se desarrolla el proyecto. 

Desde el punto de vista del proyecto, implica una estrategia que introduce una perspectiva de género en el ciclo del proyecto. Para ser sensible y receptivo al género, el desarrollo del proyecto requiere, a través del ciclo del proyecto, una reexaminación de los roles tradicionalmente adscritos a las mujeres y hombres, y una nueva dirección de los esfuerzos para garantizar la formulación relevante de los proyectos. 

Durante el ciclo del proyecto es muy importante incluir el análisis de género como parte integral del análisis situacional, antes de conceptualizar, desarrollar e implementar cualquier proyecto. Desde esta perspectiva, el análisis de género es una herramienta para examinar la diversidad de la población y la implicancia de una diversidad tal, para un proyecto de gestión integrada de recursos hídricos.

Se enfoca en las actividades y recursos tanto de mujeres y hombres, y cuando es necesario, explica en qué se diferencian y cómo se complementan entre sí.

Por lo tanto, el análisis de género parte de la comprensión de que la situación de todo proyecto es única, eso es, que ninguna persona, familia, comunidad o país tiene el mismo juego de recursos para manejar, con la misma gente, en el mismo marco de tiempo o con las mismas limitaciones. En una situación ideal, el análisis de género se puede llevar a cabo en las fases iniciales del ciclo del proyecto porque da claridad al status quo. Sin embargo, en realidad el análisis de género también se puede llevar a cabo en cualquier fase del ciclo del proyecto.

 Las preguntas básicas útiles al momento de realizar un análisis de género son: ¿Quién hace qué? (en realidad, a diferencia de la división ideal de labores entre mujeres y hombres); ¿Quién tiene qué? (quién tiene acceso y control de los recursos); que cosas influyen en las disposiciones relacionadas con el acceso y control de los recursos (qué preceptos religiosos y culturales, leyes, políticas económicas y sociales influencian los derechos diferenciales del acceso y control, son flexibles algunas de estas distinciones basadas en el género; de qué manera son cambiantes los roles); y cómo se distribuyen los recursos públicos y a quién se le otorgan.

Conclusión

Para la inclusión de la mujer durante todo el ciclo del proyecto es importante rescatar sus tradiciones e involucrarse en la misma, a objeto de incluir desde inicio y hasta la finalización del proyecto.

Bibliografía

Kideitu. (2007). Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación. Aprendiendo de la experiencia EQUAL. Gobierno  Vasco, España: EMAKUNDE/Instituto Vasco de la Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red Kideitu”.

Dirección de Planificación e Inversión. (2011). Metodología de transversalización. Guía metodológica para la transversalización de los enfoques de interculturalidad y género en la formulación de los proyectos. Quito, Ecuador: Ministerio del Ambiente.

CHACHA WARMI EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTONOMÍA INDÍGENA DESARROLLO

Chacha-Warmi complementariedad Hombre-Mujer, en las comunidades aymaras que quechuas siempre se encuentra la dualidad de autoridad, por ejemplo los pasantes de las festividades siempre en parejas.

  

Desarrollo

En los últimos años, en la perspectiva de la re-constitución intercultural de las instituciones y la propuesta de construcción de un Estado Pluri o Multicultural, que se sustente en el despliegue de las diversas formas de asociación colectiva que históricamente ha generado la reproducción de la sociedad boliviana, se intenta la recuperación de ciertas nociones comunitaristas y trans-individuales. Una de esas nociones vinculada con las relaciones entre mujeres
y hombres está correlacionada con la noción del “chacha-warmi” (Farah, I. y Sanchez, C. 2008, p. 89).

Con la aprobación de la Constitución Política del Estado, las mujeres demandan mayores espacios de participación en la redacción de sus estatutos autonómicos indígena originario campesinos. En el marco de la equidad de género, ellas reclaman el acceso al 50% de los espacios de decisión. Sin embargo, los varones argumentan que ese es un concepto colonial porque sus actuaciones se realizan con la lógica del “chacha-warmi” (hombre-mujer). Bajo este argumento se encubren las relaciones de poder, se impulsan las relaciones asimétricas y se deja la capacidad de decisión a los varones.

La mujer tiene pocas oportunidades de asumir cargos de autoridad originaria supra comunal. Tradicionalmente, los espacios de poder en las comunidades han estado ocupados por los varones. Por ejemplo en las comunidades de Jesús de Machaca, es el Mallku Originario y la mujer (esposa) Mallku Tayka; en el ayllu es Jiliri Mallku y la mujer (esposa) Jiliri Mallku Tayka; en la marka es Jacha Mallku y la mujer Jacha Mallku Tayka. De esta manera se cumple el ejercicio dual y complementario de “chacha-warmi”, pero quienes conducen las reuniones, asambleas o cabildos y toman decisiones siempre son los hombres.

Conclusiones

El “chacha-warmi”, debe garantizar a las mujeres ocupar cargos públicos, en el marco de la paridad y alternancia. Asimismo, considernado que en Bolivia hay Gobiernos Autónomos Originario que garantice el ejercicio de derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres, en igualdad de condiciones.

Bibliografia

Farah, I. & Sánchez, C. (2008). Perfiles de género Bolivia. (1a. ed.). La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA/ Viceministerio de Género y Asuntos Generacionales.


Novillo, M. (2011). Paso a paso así lo hicimos. Avances y desafíos en la participación política de las mujeres. (1a. ed.). La Paz, Bolivia: Coordinadora de la Mujer.

sábado, 4 de julio de 2015

TRABAJO MINERO Y GÉNERO

Con el propósito de establecer una mínima delimitación conceptual se recupera las siguientes acepciones sobre las categorías de producción, reproducción y trabajo:

Desarrollo

Para Lagos (2002), la reproducción se refiere “a las actividades necesarias para la continuidad del proceso productivo y de la unidad doméstica a través del tiempo. El concepto abarca el trabajo desplegado en la producción tanto asalariada como no asalariada, al igual que en las labores domésticas que generalmente son ejecutadas por mujeres, así como todas las demás actividades, relacionadas con la producción agropecuaria que realizan hombres y mujeres…” (Lagos, 2002:207).

Asimismo, retomo la definición de trabajo proporcionada por Wanderley (2008), quien señala que este concepto “abarca tanto las actividades generadoras de ingresos como aquellas desarrolladas en el ámbito de los hogares y de las comunidades que, pese a no generar un ingreso, son igualmente importantes para la reproducción de las personas, las familias y la sociedad en general” (Wanderley, 2008: 147-148)

Una de las representaciones más arraigadas en los centros mineros sobre la supuesta antinomia entre lo femenino y la producción minera en los socavones es que “la mujer espanta la veta”. Entre los trabajadores, sus esposas, y otros miembros de la comunidad, e incluso fuera de ella, en los centros urbanos, se considera un hecho incontestable que la presencia de las mujeres en interior mina ocasiona el agotamiento o empobrecimiento de las reservas de mineral.

Esta creencia forma parte del mundo simbólico-religioso de las minas en Bolivia, espacio en el cual ocupa un lugar central la deidad El Tío. Numerosos estudios han abordado la complejidad de estas creencias y prácticas, señalando las imbricaciones entre la religiosidad católica y la indígena, así como las relaciones de resistencia y dominación puestas en juego.

Dentro de estos aportes, consideramos particularmente fructífera la aproximación que considera que las creencias y prácticas religiosas pueden ser entendidas como espacios de disputa de sentidos y significados, es decir, que los actores, al mismo tiempo que se apropian de los símbolos y significados producidos desde la cultura dominante, los interpelan, y resignifican (Lagos, 1993).

Desde esta aproximación, es posible analizar críticamente las creencias mineras sobre las relaciones entre lo femenino, la producción de minerales y las deidades subterráneas, particularmente El Tío, pues consideramos que las dimensiones funcional-reproductiva del orden establecido, y la dimensión contrahegemónica y de resistencia de lo simbólico-religioso no son campos bipolares, sino partes interelacionadas de una misma configuración. Esto es particularmente relevante en el caso del mundo simbólico de los mineros, pues diversos estudios han mostrado el carácter interpelador de las creencias mineras.

La división sexual de trabajo, no es una división “natural” de tareas, emergente de la naturaleza biológica de unos y otras, la división sexual del trabajo es el resultado de una construcción social y cultural, según la cual se asignan determinadas ocupaciones por género; distribución que permite mantener y reforzar las asimetrías de poder. La diversidad de ocupaciones consideradas “femeninas” y “masculinas” es muy variable entre pueblos y naciones, así como en el plano histórico, sin embargo, se evidencia una marcada tendencia hacia la asignación de labores “domésticas” para las mujeres y “productivas” para los varones.

Conclusiones

Como conclusión se puede señalar que la discriminación laboral en razón de género en el centro minero de Huanuni expresa de relaciones de poder asimétricas, asentándose, parcialmente, en las representaciones simbólico-religiosas sobre las relaciones entre la femineidad y la producción de minerales.

El carácter patriarcal de estas representaciones debe ser interpretado desde la perspectiva teórica que concibe a las creencias y prácticas religiosas como espacios de disputa de sentidos y significados, es decir, como reproductoras de la cultura dominante, pero también como escenarios de resistencia. De este modo, es posible comprender los ribetes interpeladores de las creencias mineras alrededor del Tío, así como esta dimensión reproductora de las asimetrías de poder entre géneros.

Bibliografía

Lagos, M. (1993): “We have to learn to ask”: Hegemony, Diverse Experiences, and Antagonistic Meanings in Bolivia, [En línea], PDF, American Ethnologist, Vol. 20, No. 1: Blackwell Publishing on behalf of the American Anthropological Association, <http:// www.jstor.org/stable/645412> [Consulta: 06/11/2008].

Lagos, M. (2002): “Vida cotidiana, ciudadanía y género de la política”. Cuadernos de Antropología Social de Trabajo. Pp. 205-228, Buenos Aires.

Ruiz, G. (2011): “El Qaraku: Prácticas y creencias religiosas entre los mineros de Huanuni”. Revista de Antropología e investigación social (Con) Textos, Universidad de Barcelona, 2011 (disponible en http://www.raco.cat/index.php/contextos)


Wanderley, F. (2008): “Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. Insumos conceptuales para el diseño de políticas de promoción del empleo en el marco de la equidad”.

LA DESPATRIARCALIZACION

La patriarcalización es una forma dominación en latinoamerica y como en nuestro país que ha concedido libertades a unos sacrificando las libertades de los otros.

Desarrollo

“En el siglo XIX, abogados e historiadores estudiosos de la evolución histórica de las instituciones, denominaron patriarcado al poder cimentado en la dominación genealógica (tribal, clánica, familiar y personal) de los hombres sobre sus mujeres, sus descendientes, sus esclavos y sus animales, es decir, su familia. Los teóricos del patriarcado tomaron el concepto de sociedades pastoras de los tiempos bíblicos y lo aplicaron a sociedades de diversas épocas” (Millett, K. 1975. Pág. 45).

Entonces se puede decir que el concepto de patriarcalizacion está asociado a una corriente de dominación del hombre hacia las mujeres por parte de los hombres denominados libres, en este contexto nuestra sociedad ha sido manejado por los hombres de los denominados hombres de la clase primera.

“Los desarrollos en la teoría de género muestran que prestar atención al “género” lleva a poner renovado énfasis en la estructura situada, es decir, local del conocimiento. Que uno no puede hablar de la humanidad en su conjunto, que la posición intelectual o académica no pueda pretender representar valores universales, sino mas bien valores extremadamente específicos, de clase, de raza, de edad, específicos de cada sexo, lo que no debe confundirse con una declaración relativista” (Bradotti, R. 2000. Pág. 208).

La eliminación de los entramados patriarcales requiere, además de la aplicación de políticas públicas que viabilicen la equidad de género, de cambios profundos en los imaginarios culturales de los diferentes pueblos que conviven en el país, a modo de trasformar aquellos valores y prácticas opresivas y/o discriminatorias en razón de género y rescatar las que sean equitativas. En este marco, la educación (formal y no formal) ha sido subrayada como ámbito estratégico para la promoción de relaciones más inclusivas e igualitarias entre niñas y niños, mujeres y hombres de las diferentes culturas.

Conclusiones

En el contexto actual conlleva importantes desafíos y requiere de verdadero esfuerzo creativo para que la despatriarcalización se convierta en realidad, respondiendo a las necesidades, voces y visiones de las mujeres diversas -actualmente excluidas, explotadas y discriminadas dentro del sistema. Su concreción es requisito para el desarrollo sostenible del país, con sus bases en la justicia social y los derechos humanos.

El desarrollo de los países será entonces directamente proporcional a las libertades de sus habitantes y a la capacidad de adoptar la igualdad de género en todos los aspectos sociales y políticos, refiriéndome a la igualdad para todos y todas las personas indistintamente del género y su sexualidad, la edad, su creencia religiosa y su doctrina política.

Bibliografía

Ibernagaray, J. (2012). Mujeres en diálogo: Avanzando hacia la despatriarcalización en Bolivia. Carmen Sánchez Comp. La Paz, Bolivia: Coordinadora de la Mujer. Editorial Presencia.

Millett, K. (1975) Política Sexual. México: Editorial Aguilar.

Bradotti, R. (2000). Sujetos Nómadas. México: Editorial Paidós.


Biografía Remedios Loza – Primera Mujer Indígena Diputada de Bolivia. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Remedios_Loza

PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA CONSTRUCCIÓN DE CARTAS ORGÁNICAS


La participación de las mujeres en la construcción de las Cartas Orgánicas de los Gobiernos Autónomo Municipales de Bolivia, es importante a partir de la Constitución Política del Estado, aprobado mediante un referéndum en la gestión 2009, en la que se incluye a la mujer en distintas esferas del estado.

Desarrollo

En la propuesta de las mujeres para la carta orgánica del Municipio de Vitichi señalan que “promover la equidad de género, reconociendo a la mujer, su sensibilidad social y atender prioritariamente sus necesidades mediante políticas de promoción, prevención y protección y atención integral” (Carta Orgánica Vitichi, 3).

“Implementar políticas sectoriales con principios de igualdad, equidad y no violencia en la educación, salud, trabajo y en el desarrollo de sus actividades” ” (Carta Orgánica Vitichi, 3).

El caso del Municipio de Vitichi es emblemático, pues las mujeres pretenden ser incluidas en la Carta Orgánica de su municipio para ello a través de un proyecto de carta orgánica presentan la forma de cómo quieren ser parte en el desarrollo del municipio, logrando hacerse escuchar y ser tomadas en cuenta. Cuando comience la redacción de la Carta Autonómica también introducirán las demandas de sus representadas, haciendo prevalecer la presencia de la mujer dentro del municipio, no con equidad de género, pero sí con igualdad de oportunidades, por lo tanto el proceso elaboración de la de las cartas orgánicas en una oportunidad para los habitantes del municipio de vitichi.

En el ámbito del régimen económico productivo plantean “promover el acceso a mercados y ferias artesanales para generar recursos económicos para las mujeres” (Carta Orgánica Vitichi, 7).

“Promover y ejecutar programas y proyectos productivos destinados a generar empleos dignos para las mujeres” ” (Carta Orgánica Vitichi, 7).

“Promover y ejecutar proyectos de industrialización e importación de los mocochinches (durazno seco), otras frutas así como también la transformación de la leche caprina para generar recursos económicos para las mujeres” ” (Carta Orgánica Vitichi, 3).

Para ser parte del proceso de elaboración del mencionado documento, es importante considerar que es totoalmente distinto la realidad de los municipios rurales, tanto es así que esa realidad parte la conformación de organizaciones femeninas en comunidades donde antes no existían, pues las mixtas no las representaban, ya que generalmente los hombres se imponen y relegan a la mujer debido al patriarcalismo que todavía impera en los municipios, especialmente los más alejados.

Conclusión
Los tiempos en que ese están manejando las cartas orgánicas son rápidos y están pisando a las organizaciones sociales de mujeres porque no les da el tiempo para organizarse, ese es un problema; sin embargo en el caso de municipio de vitichi tienen una propuesta que debe ser considerada.

Bibliografía
Coordinadora de la Mujer. CIAC. (s/a). Propuesta de las mujeres para la Carta Orgánica de Vitichi. Potosí, Bolivia: Centro de Investigación y Apoyo Campesino